viernes, 21 de octubre de 2011
Quetzalcóatl. El Encuentro de un Dios”, inspira a jóvenes
Morelia, Mich., a 21 de Octubre de 2011.- Ante una sala con profesores y estudiantes, principalmente purépechas, la escritora Lupita Mueller, presentó su libro Quetzalcóatl. El encuentro de un Dios, en el que invita a la juventud a entender la identidad mexicana con una literatura que utiliza el realismo mágico para reencontrarse con sus raíces.
El texto del Editorial Milenio presentado en el marco de la 4ª Feria Nacional del Libro y la Lectura, es una autobiografía de la joven que sus 22 años de edad, vivió en Berlín a principios de los 70´s y que la inspiró para descubrir el México Prehispánico desde la Alemania cercada por el muro comunista.
La autora relató momentos difíciles que vivió en Alemania, especialmente por el encuentro con un idioma diferente, y que le permitió reflexionar y comprender a un México entre contrastes socioeconómicos, con indígenas viviendo en la calle y una clase alta representada por el poder del Presidente de la República y que lamenta que en la actualidad prevalezca la desigualdad social.
Los comentaristas de la obra fueron: Juana María Estrada Jiménez, coordinadora estatal del Programa Escuelas de Calidad, de la Secretaría de Educación en el Estado; Juan Carlos González Vidal, director de la Facultad de Lengua y Literaturas Hispánicas de la Universidad Michoacana y de Álvaro Estrada Maldonado, de la Secretaría Técnica de la SEE.
En su momento, González Vidal enfatizó que este libro permite comprender que la literatura no es un simple pasatiempo porque es un campo especializado del conocimiento y lo demostró con este relato fresco y con diversidad narrativa, pero no con una estructura evidente basada con los personajes de Elena y Peter que articulan y fusionan relatos históricos, es decir, con La Malinche y con Quetzalcóatl.
Por su parte, Estrada Jiménez enfatizó que esta lectura enriquecerá el acervo cultural de la juventud y coincidió en la importancia de la identidad de un México que se niega a morir; en tanto, Álvaro Estrada describió la obra con sus tres elementos importantes visualizados bajo un esquema de un triángulo equilátero cuyos lados representan a la virgen de Guadalupe, Quetzalcóatl y el mito de la identidad nacional basado en un estado moderno.